Por último, cabe resaltar los buenos resultados de los decorados de Nueva York y la bastante aceptable banda sonora de Eric Serra, así como el vestuario -inolvidables, por ejemplo, las excéntricas vestimentas de Jean Reno-.
miércoles, 14 de marzo de 2007
Un extraño acuerdo
Por último, cabe resaltar los buenos resultados de los decorados de Nueva York y la bastante aceptable banda sonora de Eric Serra, así como el vestuario -inolvidables, por ejemplo, las excéntricas vestimentas de Jean Reno-.
lunes, 5 de marzo de 2007
Por las calles de Los Ángeles
Un taxista de Los Ángeles, Max (Jamie Foxx), vive sus largas noches al volante monologando con sus clientes y exponiéndoles su deseo de montar un comercio de coches de lujo en una isla paradisíaca. Sus sueños deberán interrumpirse con la llegada de Vincent (Tom Cruise), un frío y en extremo calculador asesino a sueldo que obliga a Max a llevarle al paradero de las próximas víctimas. El conflicto entre el peligro de morir si se opone a llevar al asesino por las calles de Los Ángeles y las muertes de las personas que él mismo permite, exigen al protagonista tomar una urgente decisión, por arriesgada que sea.
En la actualidad, las propuestas cinematográficas del género de acción son muchas, pero, ciertamente, tienden a la superficialidad efectista. Collateral constituye una excepción en ese sentido, porque, si bien en varios momentos de la historia hay un aprovechamiento de los modernos efectos especiales para lograr el impacto visual y sonoro, se resalta por encima de todo la compleja e interesante relación entre Foxx y Cruise, entre el bueno y el malo, muy bien caracterizada por dos grandes intérpretes. El director, Michael Mann, mezcla con maestría y realismo la repulsiva indiferencia de un acabado asesino y la conducta de un buen hombre que no busca problemas.
Cruise encarna por una vez el papel de malo de la película. Lo hace con eficacia. El espectador cree verdaderamente que es una temible máquina de matar. En cuanto a Foxx, su actuación es interesante, a medio camino entre la debilidad y la valentía.
La segunda baza de Collateral, bastante atípica también en este género, es el imprevisible transcurso de los acontecimientos, logrando así mantener en el espectador una tensión inusual y atractiva al mismo tiempo. La película es ciertamente larga, pero no se hace pesada. Los minutos transcurren llenos de un suspense que no quita humanidad a los protagonistas.
Mann rodó íntegramente la película de noche: conocía la ciudad mejor que ningún otro director americano. De ahí que la fotografía nos llame continuamente la atención. La banda sonora del experimentado J. N. Howard, asimismo, ayuda a introducirnos en una noche que roza la ilusión.
sábado, 3 de marzo de 2007
Un engendro con un alma especial
Eduardo Manostijeras
La paz de una idílica aldea se ve alterada cuando una de sus vecinas, Peg (Dianne West), recoge a Edward (Johnny Depp) de un abandonado castillo del lugar. Edward es un muchacho solitario, tímido y con una peculiaridad: en lugar de manos humanas, posee unas largas y afiladas cuchillas que el joven emplea como tijeras. Su llegada al pueblo conmocionará a todos sus habitantes.
Por primera vez juntos en un largometraje, Tim Burton y Johnny Depp nos presentan aquí una historia tremendamente emotiva y, cómo no, fascinante. La puesta en escena y los personajes están rodeados de un halo lírico muy característico del cine de Burton, acompañados en los momentos precisos por la genial partitura de Danny Elfman.
Burton dirige unas interpretaciones sencillas, y logra plantear el argumento, ciertamente extravagante, de modo cercano. Maneja unos personajes en buena medida planos e incluso carentes de interés, pero lo sabe y se aprovecha de ello para introducir a Edward con sus singularidades. Depp lo encarna con una actuación muy personal, y consigue que el monstruo nos resulte humano. Será él quien rompa con la rutina del pueblo y ayude a los protagonistas a recuperar valores esenciales en el hombre, como la amistad y el amor.
La analogía de esta historia con el cuento de Frankestein es indudable. Hay también algunos paralelismos con el cuento de La bella y la bestia. La película tiene un deje fantástico y delicado que el espectador siempre encuentra agradable. Son muchos los puntos a su favor: la torpeza e ingenuidad de Edward, la necesidad de auxilio de la bella Winona Ryder, el cariño de Peg. Eduardo Manostijeras sólo pretende imbuirnos en una deliciosa fábula que nos hace volver a una visión afable y espontánea de la vida. Por medio de la entrañable figura de Edward, Burton quiere que ahondemos en nosotros mismos para sacar lo positivo que tenemos y entregárselo, así, a los demás.
Guillermo
viernes, 2 de marzo de 2007
Comenzamos con un grande
Que lo disfruteis.
Rubén