lunes, 5 de marzo de 2007

Por las calles de Los Ángeles

Collateral

Un taxista de Los Ángeles, Max (Jamie Foxx), vive sus largas noches al volante monologando con sus clientes y exponiéndoles su deseo de montar un comercio de coches de lujo en una isla paradisíaca. Sus sueños deberán interrumpirse con la llegada de Vincent (Tom Cruise), un frío y en extremo calculador asesino a sueldo que obliga a Max a llevarle al paradero de las próximas víctimas. El conflicto entre el peligro de morir si se opone a llevar al asesino por las calles de Los Ángeles y las muertes de las personas que él mismo permite, exigen al protagonista tomar una urgente decisión, por arriesgada que sea.

En la actualidad, las propuestas cinematográficas del género de acción son muchas, pero, ciertamente, tienden a la superficialidad efectista. Collateral constituye una excepción en ese sentido, porque, si bien en varios momentos de la historia hay un aprovechamiento de los modernos efectos especiales para lograr el impacto visual y sonoro, se resalta por encima de todo la compleja e interesante relación entre Foxx y Cruise, entre el bueno y el malo, muy bien caracterizada por dos grandes intérpretes. El director, Michael Mann, mezcla con maestría y realismo la repulsiva indiferencia de un acabado asesino y la conducta de un buen hombre que no busca problemas.

Cruise encarna por una vez el papel de malo de la película. Lo hace con eficacia. El espectador cree verdaderamente que es una temible máquina de matar. En cuanto a Foxx, su actuación es interesante, a medio camino entre la debilidad y la valentía.

La segunda baza de Collateral, bastante atípica también en este género, es el imprevisible transcurso de los acontecimientos, logrando así mantener en el espectador una tensión inusual y atractiva al mismo tiempo. La película es ciertamente larga, pero no se hace pesada. Los minutos transcurren llenos de un suspense que no quita humanidad a los protagonistas.
Mann rodó íntegramente la película de noche: conocía la ciudad mejor que ningún otro director americano. De ahí que la fotografía nos llame continuamente la atención. La banda sonora del experimentado J. N. Howard, asimismo, ayuda a introducirnos en una noche que roza la ilusión.



No hay comentarios: