Mathilda (Natalie Portman), una niña de doce años, pertenece a una rancia familia neoyorquina que la ignora por completo, y cuyo padre, entre otras cosas, proporciona drogas a unos clientes. Entre éstos se encuentra Stansfield (Gary Oldman), con una forma de ser de auténtico loco. Un día, Stansfield y sus cómplices, y como respuesta a una entrega que el padre les debería haber hecho, entrarán en su apartamento y matarán despiadadamente a toda la familia menos a Mathilda. Ella, que había salido a comprar comida, sobrevive alojándose en el apartamento de su vecino, León. Pronto descubre el oficio de éste: es un frío, calculador y eficaz asesino a sueldo. Poco a poco irá entablándose una original relación, pues, al tiempo que él enseñará a la muchacha a utilizar las armas y otras artes del oficio, ella procurará instruirle en la lectura y escritura.
Por último, cabe resaltar los buenos resultados de los decorados de Nueva York y la bastante aceptable banda sonora de Eric Serra, así como el vestuario -inolvidables, por ejemplo, las excéntricas vestimentas de Jean Reno-.

